miércoles, 21 de marzo de 2012

SIN TRAMPAS

Tu mujer, casi mía,
deberías saberlo, aunque claro
estas del otro lado de esa puerta
y eso te transforma.
Pero debes saber, mujer
que  aquí, de este lado solo estamos
los que decimos,
basta de utopías malogradas,
basta de sueños mutilados,
los que creemos que vivir,
es siempre no dudar, sino arriesgar,
donde la ofensa ni siquiera es una ráfaga          
y el amor se construye a borbotones.
Aquí,
donde quemamos los odios y los miedos,
donde los solitarios no estamos desolados
y el azul en el cielo es desmedido.
Aquí,
donde sin dolor ni desesperaciones
esperamos que llegue el amor
y nos arrebate esa euforia.
Anímate, abre esa puerta,
pero sin trampas, mujer,
Sin trampas…

Alberto Federico Córdoba Basualdo
copyrigth 2007



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