
OBSECUENCIA
La casa inhabitada,
la obesa jaula de la
cordura,
la soledad una metáfora,
las mascaras ya no
confunden.
La luna como hoja
seca,
la lluvia que cae a
cuchilladas,
los huesos deshojados ,
el intimo mapa del alma.
Los parpados callados,
la profunda sombra de una boca
abierta,
la saliva congelada,
el verso que ya no
calma.
La memoria se colmo de olvidos
,
la palabra que apuñala,
los rencores no caen por la
cornisa,
el futuro es solo un
engaño,
la piel ya no siente la misma
fe.
Y yo?
Con la lluvia empecinada en mis
pestañas,
apenas un obsecuente
solitario,
de las urgencias del corazón.
ALBERTO FEDERICO CORDOBA BASUALDO
copyright 2008
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