lunes, 11 de junio de 2012








OBSECUENCIA


La casa inhabitada,
la obesa jaula de la cordura,
la soledad una metáfora,
las mascaras ya no confunden.
La luna  como hoja seca,
la lluvia que cae a cuchilladas,
los huesos deshojados ,
el intimo mapa del alma.
Los parpados callados,
la profunda sombra de una boca abierta,
la saliva congelada,
el verso que ya no calma.
La memoria se colmo de olvidos ,
la palabra que apuñala,
los rencores no caen por la cornisa,
el futuro es solo un engaño,
la piel ya no siente la misma fe.
Y yo?
Con la lluvia empecinada en mis pestañas,
 apenas un  obsecuente solitario,
de las urgencias del corazón.

ALBERTO FEDERICO CORDOBA BASUALDO

copyright 2008




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